China ha advertido hace unas horas a la comunidad internacional de que “otro gilipollas” se ha comido un pangolín en Wuhan. Dos años y medio después de que un primer gilipollas se comiera uno de estos animales, y habiendo comprobado el desastre que este comportamiento puede acarrear, otro imbécil ha vuelto a las andadas. “El riesgo de provocar otra pandemia global hace que comer pangolín sea más interesante para estos gilipollas”, reconocen desde el gobierno chino.
Según las autoridades de Wuhan, el nuevo gilipollas ha estado días buscando un pangolín por el mercado y no ha parado hasta engullir uno a la vista de todos. “De momento instauraremos la obligatoriedad del uso de mascarillas para evitar que más gilipollas se coman pangolines”, han anunciado desde el ayuntamiento de la ciudad china. “Por ahora no ha pasado nada, pero tememos una pandemia de gilipollas”, alertan.
Al observar las cámaras de seguridad del mercado, las imágenes de este otro gilipollas recuerdan mucho a las del primer gilipollas que se comió el primer pangolín. “Ojo que no sea el mismo tío”, ha alertado el alcalde. Las pesquisas apuntan a esta teoría porque cuesta creer que haya más de un gilipollas que se quiera comer un pangolín, un animal que nadie sabe muy bien qué es. «Es que se lo come y se nota a la legua que ni siquiera le está gustando», comentan desde el ayuntamiento.
En lo que respecta al consumo de murciélagos, desde el mercado de Wuhan han querido tranquilizar a todo el mundo diciendo que, desde hace meses, estos animales ya se están comiendo con completa normalidad. “Y están más ricos que nunca”, celebran.
