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Aguirre: “La clave para mí es que nada de lo que estamos hablando ahora mismo pueda ser grabado por alguien”; Villarejo: “Confía”

La expresidenta madrileña pidió ayuda al excomisario para que se archivara una causa abierta contra ella

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La expresidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, aparcó su coche el 3 de marzo de 2014 en el carril bus de la Gran Vía para sacar dinero de un cajero próximo. Dos agentes de movilidad de la Policía Municipal la intentaron multar, pero Aguirre arrancó su vehículo, golpeó la moto de uno de los agentes y huyó hacia su casa. El juez archivó la causa pero una asociación (Transparencia y Justicia), presidida por Villarejo, presentó un recurso. Aguirre se reunió con este el 11 de septiembre de 2014 para pedirle que no reclamara nuevas diligencias a ese recurso.


AGUIRRE:
(…) para mí, Transparencia y Justicia es mi verdugo.

VILLAREJO:
No… pero… No es exactamente así la cosa. Yo… soy admirador políticamente tuyo de toda la vida. Mira, mira, si hasta voté por ti. No iba a hacerlo, ¿eh? Pero al final sí que voté por ti, lo puedes mirar en el listado que tiene la Junta Electoral, allí consta qué ha votado cada español…

AGUIRRE:
No, si me lo creo, pero entonces… ¿cómo pones ese recurso?

VILLAREJO:
Yo soy abogado, pero soy comisario de policía. Entonces, esta conversación que estamos teniendo ahora no existe.

AGUIRRE:
Todo lo que se diga aquí… no hemos estado. ¿Dónde estás? Yo no veo a nadie.

VILLAREJO
¿Dónde estás tú? Yo tampoco te veo.

(Risas de ambos durante cinco minutos)

AGUIRRE:
No, pero ahora en serio, tú y yo no nos conocemos.

VILLAREJO:
No, no. En el fondo, ¿llegas a conocer realmente a alguien? Me da la sensación de que hay un muro infranqueable. Puedes conocer a alguien superficialmente y saber sus gustos, sus aficiones… Pero conocer, conocer… Eso es otra cosa.

AGUIRRE:
Y, como esto no existe, espero que, madre mía, nada de lo que hablemos aquí se sepa. Cosa que sería sorprendente, porque no existe, esto no existe, nada existe.

VILLAREJO:
No, no.

AGUIRRE:
Pensar que alguien pudiera grabar esto…

VILLAREJO:
No, no, claro. Imposible. Imagínate que este enorme jarrón con flores que parecen micrófonos pudiera contener una grabadora… Sería un escándalo.

AGUIRRE:
No se me había pasado por la cabeza. Y oye, ¿por qué hay varios sonidistas detrás de ti y un tío con una pértiga como las del cine?

VILLAREJO:
No es una pértiga, están engrasando las persianas… Es un palo de esos, con grasa en la punta… La brocha parece un micrófono de esos con pelos.

AGUIRRE:
Pero volviendo al recurso…

VILLAREJO:
Habla más cerca de las flores.

VILLAREJO:
Este hombre [José Luis González Armengol, exjuez decano de Plaza de Castilla, es amigo mío y voy a hacer lo que él me ha pedido.

AGUIRRE:
Joder, pues me quitas un peso de encima, me cago en Santo Cristo Rey en chanclas.

VILLAREJO:
Ahora, lo que quiero que, de alguna manera, entiendas, es que vamos a hacerlo de tal manera que parezca que los abogados míos son muy tontos… Que lo son, ¿eh? He acabado contratando a unos inútiles de mucho cuidado. Y entonces, lo importante es que a ti no te llamen para que no te sienten en el banquillo.

AGUIRRE:
¿Qué banquillo?

VILLAREJO:
El del juicio.

AGUIRRE:
Ah, vale, pensaba que… No sé, un banco. Pensaba que no podía sentarme. Y estoy mayor, no puedo estar mucho rato de pie tampoco.

VILLAREJO:
La cuestión es que el juez es amigo mío y…

ARMENGOL:
Hola, soy el juez. Soy un nuevo personaje de esta conversación y resulta que he estado aquí todo este tiempo.

VILLAREJO:
Pues el juez intentará que no te llamen a declarar.

AGUIRRE:
Mira, Pepe [Villarejo], la clave para mí es que Transparencia y Justicia no pida… ¿Cómo se llama?

ARMENGOL:
¿Quién? ¿Yo? José Luis González Armengol, soy un juez amigo de Villarejo y ya me he presentado hace un rato.

AGUIRRE:
No, lo que vais a abrir, gilipollas.

ARMENGOL:
Ah, diligencias.

AGUIRRE:
Ah, qué gracioso, como en el oeste.

VILLAREJO:
Claro, claro, claro.

AGUIRRE:
Pues que las diligencias esas, que no haya. Esa es la clave de todo el asunto.

VILLAREJO:
La clave es que, cuando tú declares a raíz de tu declaración, digas que nos hemos equivocado y que entendemos que…


El comisario explica en la conversación que es la dirección nacional del PP quien le ha pedido que “baje los humos” a Aguirre y la presione en la causa judicial. Pero, pese a ello, Villarejo se compromete a retirarse de todo el proceso.


VILLAREJO:
Rajoy es muy pesado, muy pesado. Y no sé decirle que no porque me mira con esa cara… Tiene unas pestañas inusualmente largas. Las pestañas más largas que yo haya visto nunca, a decir verdad.

AGUIRRE:
La clave es ser capaz de aguantar esas presiones.

VILLAREJO:
Sí, sí, yo solamente prometo lo que voy a cumplir.

AGUIRRE:
Ah, ¡qué susto! Es que depende de lo que te puedan presionar.

VILLAREJO:
Es Rajoy, que me mira así…

AGUIRRE:
No, si lo entiendo. Es muy pesado, muy pesado y…

VILLAREJO:
Pero voy a aguantar la presión y te voy a dejar una tarjeta y un teléfono para que me digas, «eres un mamón y un malqueda» y tal, si yo fallara, que no voy a fallar. Pero, si yo fallara y no cumpliera lo que te estoy prometiendo, me llamas a este número de teléfono y me dejas las cosas claritas.

AGUIRRE:
¿Este número de teléfono?

VILLAREJO:
Sí, este mismo, este…

AGUIRRE:
En este papel pone literalmente ‘número de teléfono’ con letras. No hay ningún número, no puedo llamar a esto.

VILLAREJO:
Confía, confía…

AGUIRRE:
¿Bueno, entonces, puedo confiar en que no vas a pedir diligencias?

ARMENGOL:
¿Puedo irme ya?

AGUIRRE:
¿Usted quién es?

ARMENGOL:
Me he presentado ya: un personaje de hace un rato de estas conversaciones…

VILLAREJO:
Conversaciones que no existen.

ARMENGOL:
No, no…

AGUIRRE:
No existen.

VILLAREJO:
Aquí no existe nadie. ¿Qué me asegura a mí que existe un cuerpo físico más allá de mis propias percepciones sensoriales?

AGUIRRE:
Podríamos ser un cerebro en un tarro y no ser conscientes de nada, como en aquella película, Matrix.

ARMENGOL:
O podríamos estar soñando ahora mismo. ¿Qué certeza tenemos de todo aquello que está más allá de nuestra propia conciencia?

AGUIRRE:
Usted, con todo el respeto, cállese, porque es un personaje con muy poco interés y estamos hablando el señor Villarejo y yo.

ARMENGOL:
Cierto, cierto… ¿Me puedo ir ya?

AGUIRRE:
Volviendo a las estas, las dili…

VILLAREJO:
Diligencias.

AGUIRRE:
Eso, que no me sale…

VILLAREJO:
Pues tú confía, no se van a pedir. Y aparte tenemos a este hombre como elemento a nuestro favor.

ARMENGOL:
¿Yo?

VILLAREJO:
Sí.

ARMENGOL:
Vaya, vaya, tan personaje secundario no soy al final…

VILLAREJO:
Pero no existes, ¿eh? Nada de esto existe, esta mesa, este plato, este café… Nada existe.

AGUIRRE:
Bueno, pues eso… coges el papel y te lo metes en el…

VILLAREJO:
En el culo no me lo voy a meter.

AGUIRRE:
Metafóricamente hablando. Y a mí me salvas de una situación muy difícil porque lo que hice a esos policías… Es que cuando me subo al coche me vuelvo loca porque el asfalto me llama. El asfalto es la sangre y yo soy una célula, una neurona, navegando por esa sangre a toda velocidad. Y esa sangre mantiene viva la ciudad. Y la ciudad soy yo, a su vez.

VILLAREJO:
Sí, sí, claro. Pues eso, que todo quedará en nada.

AGUIRRE:
Es que… qué maldad, aparqué cuatro minutos detrás de un taxi y me persiguieron como si hubiese matado a Stalin. No hay derecho.

VILLAREJO:
Es que no lo hay, no lo hay, no…

AGUIRRE:
¿Entonces por qué me pusiste el recurso?

VILLAREJO:
Yo… Las presiones… Hago lo que me dicen pero también… he de admitirlo yo… Yo….

AGUIRRE:
Dilo.

VILLAREJO:
Yo… Esta charla que estamos teniendo…

AGUIRRE:
Que no existe.

VILLAREJO:
Que no existe… Yo… pues… todo era por pasar unos minutos con… contigo, con usted, contigo… Yo… yo la amo.

AGUIRRE:
Oh, Pepe [Villarejo].

VILLAREJO:
Oh, oh, Esperanza [Aguirre].

AGUIRRE:
Oh…. Mmmmm.

VILLAREJO:
Oh, al fin, mi amor.

AGUIRRE:
Esto no existe.

VILLAREJO:
No, nada de esto existe, nada… Oh…

AGUIRRE:
Ah…

VILLAREJO:
Esta espera eterna me ha atenazado tantos años y….

AGUIRRE:
Ah.

ARMENGOL:
¿Me puedo ir ya?


La Audiencia Provincial de Madrid decidió finalmente instruir como falta, y no como delito, la fuga al volante de Aguirre el 3 de abril de 2014 por el centro de la capital. Villarejo no volvió a recurrir esa decisión y despidió al abogado que representaba a su asociación, quien había redactado el primer recurso para que el asunto se instruyese por desobediencia.

José Luis González Armengol, que colaboró en el proceso, sigue ocho años después en la terraza del hotel Santo Mauro, sin atreverse a moverse del sitio y desconfiando de su propia existencia.

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