Vómito en el baño, olor a tabaco y un plato vacío con restos de espaguetis en la cocina son los indicios que ha encontrado un grupo de teólogos de la Universidad de Roma para asegurar que hubo un Juernes Santo durante la época universitaria de Jesucristo. Los expertos también consideran que lo que hizo revivir a Jesús a los tres días fue la ingesta de Aquarius y de ibuprofeno y no tanto el Espíritu Santo.
“Jesús era un joven como otro cualquiera viviendo su Erasmus en la Tierra y es normal que saliera de vez en cuando”, explican los teólogos responsables del descubrimiento. “Se habla mucho de cómo convirtió el agua en vino, pero muy poco de cómo después convirtió el vino en calimocho”, relatan. “Cuando multiplicó los panes fue porque se había estado fumando algo antes”, comentan. “Es normal en esas edades y dentro del ambiente universitario de la época”, justifican.
El Juernes Santo no es el único legado que queda de la época universitaria de Jesús. La pintura “La última y nos vamos” de Leonardo Da Vinci también retrata con brillantez el último terraceo del hijo de Dios. “Estudió Filosofía, que tiene muy pocas salidas, así que es normal que se dedicara a vagar durante tanto tiempo”, informan los teólogos. Estos especialistas aseguran asimismo que Judas murió sin recibir el Bizum por haber entregado a su amigo a los sumos sacerdotes.
La misma línea de investigación teológica apunta que Jesús llegó al Cielo de puntillas y tropezando con algunos muebles, algo que hizo despertar a Dios, que le llegó a preguntar de dónde venía a esas horas, a lo que su hijo respondió que “estaba con estos por ahí”.
