En la tarde de ayer se tuvo que repetir hasta seis veces un simulacro de incendio en una escuela de teatro porque los actores sobreactuaban. El profesor de la escuela teatral madrileña El Actorazo tuvo que interrumpir hasta en cinco ocasiones a sus alumnos porque el incendio no estaba quedando nada creíble.
“Sed vosotros mismos, no os metáis en ningún personaje”, les suplicaba al ver cómo sus alumnos hacían gestos imposibles y se gritaban entre ellos de manera dramática. “Esto no es un ejercicio de interpretación, esta es una maniobra de seguridad”, insistía el profesor mientras los alumnos se dedicaban a maldecir a las llamas de rodillas. “Yo me quedo aquí, que el fuego me devore como Marisa devoró mi corazón”, bramaba un alumno sin ninguna intención de ir hacia la puerta de emergencia del edificio.
Al profesor también le ha molestado que a sus alumnos no se les entendiera cuando susurraban “fuego, fuego”. “A ver, por favor, intentad hablar alto y vocalizar, que tenéis que pedir ayuda”, les indicaba absolutamente desesperado. En lugar de gritar pidiendo ayuda, los actores susurraban entre ellos proyectando la voz hacia un micrófono que estaba apagado. “Queda muy poco para el incendio de verdad y estamos muy poco preparados”, ha lamentado el maestro.
No es la primera vez que se vive una situación así en esta escuela de teatro. En 2015 se tuvo que suspender un simulacro de amenaza de bomba porque todos los alumnos se dedicaban a cortar los cables rojos del edificio.
