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Netflix, incapaz de competir con el reflejo del espectador en la pantalla apagada del televisor tras una jornada agotadora

"DEJÉ DE VER 'THE WALKING DEAD' AL COMPROBAR QUE MI CARA DE ZOMBI REFLEJADA EN LA TELE DABA MÁS MIEDO", EXPLICA UNA ESPECTADORA

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La fuga de abonados que sufre Netflix de un tiempo a esta parte no tiene su causa en la aparición de nuevas plataformas de contenido audiovisual. Un estudio interno de la compañía ha revelado esta semana que el mayor enemigo de Netflix es el rostro del propio espectador reflejado en la pantalla apagada del televisor. Una expresión que retrata con crudeza el agotamiento del ciudadano medio en un entorno hostil y con un futuro incierto, haciéndolo además con una precisión que ningún guionista o director puede alcanzar.

«La gente quiere verse reflejada en lo que ve, y el reflejo del televisor es imbatible», asumen desde Netflix. «Mi idea es ponerme una película que me distraiga, pero llego tan cansado del trabajo que me siento en el sofá y me quedo anonadado mirando el televisor. Mi propia mirada me hipnotiza hasta que me quedo dormido», explica Antonio Zarzales, que acaba de cancelar su suscripción a Netflix «porque ver mi propio reflejo es más barato y no necesito elegir qué quiero ver. Además me siento muy identificado», argumenta.

El estudio de la plataforma concluye que los espectadores no quieren pensar cuando llegan a sus casas totalmente devastados. La variada oferta del catálogo de Netflix es abrumadora y su mente se bloquea, abandonándose al letargo. «Llevan años ofreciéndonos contenido y más contenido, y ahora lo único que queremos es la nada. El silencio. Tenemos mucho que procesar: precariedad, enfermedades, guerra, violencia… Lo último que necesitamos es inventarnos desgracias, con la que tenemos ya es suficiente», razona María Manchón, fiel defensora del hábito de quedarse pasmado mirando un punto fijo de la pared, llorando cuando el cuerpo lo pide, o incluso dándose cabezazos. «¿Qué pensamiento tóxico y hostil me sorprenderá? ¿Podré zafarme de la angustia que me persigue? No hay más suspense que el de las películas que me monto en mi cabeza», confiesa.

«Dejé a medias The Walking Dead cuando me di cuenta de que mi cara de zombie reflejada en la tele daba más miedo que el maquillaje de los actores», explica Marta Cacho. «El rímel corrido, el ruido inquietante de mis tripas después de un día sin apenas comer, solo un sándwich en el coche a media mañana… nuestras vidas son un cuadro», añade.

Los fabricantes de televisores también han notado un descenso de las ventas que no se debe únicamente a la crisis económica. «Hay gente que se ha dado cuenta de que un espejo tiene mayor definición que cualquier pantalla OLED, contra la realidad no se puede competir», lamentan desde Samsung.

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