«Que no morí de esto, que el virus no existe». Con estas palabras, transmitidas desde el Más Allá mediante una ouija, el ya fallecido Gervasio Malagón seguía insistiendo la pasada madrugada en negar la pandemia y defender teorías de la conspiración. «Morí porque no interesaba al sistema. Es más: me quitaron de en medio porque incomodaba», señaló al fantasma, que murió en Segovia por una insuficiencia respiratoria provocada por la Covid-19 tras meses negándose a vacunarse.
«Era fantasma antes y lo sigue siendo ahora», comenta uno de sus familiares, que sigue preguntándose por qué, «de toda la gente muerta interesante que hay en el Más Allá, incluyendo a Lennon, a Hawking o a Marie Curie, tenemos que dedicarle más de diez minutos al tío Gervasio».
Este negacionista tardó casi dos meses en aceptar que había muerto, pues inicialmente defendía que estaba siendo «silenciado por los poderes fácticos». Luego empezó a decir que había sido abducido por seres alienígenas, pero ante la evidencia de estar rodeado de gente muerta cedió terreno y ahora declara que está «muerto pero con los pies en la tierra».
El fantasma negacionista no quiso revelar muchos detalles sobre su estado ni explayarse en sus opiniones porque sospecha que «las ouijas estas están intervenidas y nos escuchan para recabar datos, nos tienen a todos controlados, antes y después de matarnos». Aseguró, eso sí, que «desde aquí arriba, la Tierra se ve más plana que nunca».
