Pedro Sánchez ha trasladado esta semana un mensaje optimista sobre las mascarillas en interiores y, más concretamente, en los búnqueres subterráneos en los que viviremos de aquí a pocas semanas. La tesis del presidente del Gobierno, que hasta ahora se había mostrado mucho más prudente, es que en España ya se cumple la «condición necesaria», una amplísima cobertura vacunal, para desterrar de una vez por todas el cubrebocas tanto en exterior como en interior y también bajo tierra, en los refugios subterráneos en los que vivirán los que quieran sobrevivir a la Tercera Guerra Mundial.
«Hace dos años, en pleno estado de alarma, dije que todo saldría bien y así ha sido: la vacunación está funcionando», ha dicho en una comparecencia en la que ha aprovechado para declarar el estado de sitio.
«Podemos decir que hemos pasado ya lo peor de la pandemia y que, gracias a nuestro empeño, cuando estemos oyendo las bombas destrozar nuestros hogares, podremos estar tranquilamente, en compañía de nuestros amigos, sin la mascarilla… abrazándonos y dándonos besos, disfrutando del momento», ha dicho el presidente
Pedro Sánchez ha especificado que en el exterior, cuando salgamos a buscar provisiones entre los escombros, no solo hará falta llevar mascarilla sino también chaleco antibalas.
