El presidente francés, Emmanuel Macron, lleva ya 73 horas al teléfono con Vladímir Putin con el objetivo de mantener ocupado al líder ruso, impidiéndole planear más ataques. Señala Macron, sin embargo, que “estamos hablando de series y tal pero noto que la conversación decae y no estoy seguro de poder evitar que cuelgue en las próximas dos horas”.
Con ayuda de gente de Twitter, el presidente galo ha conseguido “mantener viva la llama del debate” con temas como el veganismo, la homeopatía, el deporte, el final de Juego de Tronos, el concebollismo “e incluso la eterna discusión sobre si el vestido es azul y negro o blanco y dorado”. Sin embargo, Putin ya ha dado muestras de hartazgo con comentarios como “bueno, me tendré que ir yendo por lo de Ucrania y tal” o “Pues nada, oye, que vamos hablando”.
Los expertos calculan que Macron ha salvado cientos de vidas con su estrategia, pero admiten el riesgo de que el ruso empiece a percatarse de que el presidente francés no está realmente interesado en las opiniones de Putin sobre asuntos banales. “Cuando le he preguntado si había visto La Casa de Papel se ha molestado, quizá ha creído que le estaba acusando de no estar al día con las series”, señala Macron por escrito, aún con el auricular pegado a la oreja. Un numeroso equipo de estrategas intenta conducir la charla para que no descarrille, pero el ruso es “impulsivo e impredecible, de repente se ha puesto furioso con un comentario sobre el Batman de Nolan, casi cuelga”.
El portavoz del Kremlin ha informado a la población rusa de que Europa está “sola y aislada”, refiriéndose probablemente a la impresión que está causando Macron en Putin. “Está desesperado por hablar con alguien, necesita un amigo”, habría señalado el mandatario ruso.
