Esta mañana, David Castro Castiñeira, de tres años, ha recibido una docena de huevos, ocho yogures naturales sin azúcar, lechuga y aceite tras enviar la lista de la compra a los Reyes Magos por error. El niño lleva toda la mañana intentando jugar con las hojas de la lechuga y los envases de yogur hasta que se ha rendido y se ha echado a llorar.
Mientras David se mostraba compungido y decepcionado, sus padres eran incapaces de disimular su satisfacción por no tener que ir al supermercado a adquirir esos productos básicos. “Está siendo el mejor Día de Reyes de mi vida”, ha reconocido la madre a los reporteros. “El pobre dice que al menos podrían haberle traído yogures de chocolate o de fresa”, agrega el padre.
Aunque los padres están encantados con los regalos de su hijo, la confusión entre la lista de la compra y la carta a los Reyes les hizo volverse locos la semana pasada buscando una Nintendo Switch, un coche teledirigido y unos Walkie Talkies en Mercadona. “Estuvimos horas yendo de un pasillo a otro, fue un suplicio”, admiten.
Ahora, el pequeño David juega con la docena de huevos en el suelo del salón mientras su Nintendo Switch, su coche teledirigido y sus Walkie Talkies se enfrían en la nevera junto a las zanahorias y los pimientos.
