El cambio de registro experimentado por Rosalía después de la publicación de «El mal querer» no se debe ni a una estrategia comercial ni a la voluntad de la propia artista. En ocasión del lanzamiento de su última canción titulada «Hentai», Rosalía ha explicado que tuvo que dejar la música por miedo a lo que pudiera hacerle Mala Rodríguez, que la acusaba de apropiación cultural por inspirarse en el flamenco.
«Tuve que dejar la música», confiesa al fin la catalana, que temía por su integridad y ahora se ve obligada a cantar cosas como «Te quiero ride como a mi bike». Reconoce que tiró la toalla «por los recelos que mi ambición artística despertaba», así que se limitó a cultivar la ambición económica pasándose al reguetón y a las letras «menos elaboradas» para que no la acusaran de intelectualizar nada. Sus uñas exageradamente largas eran, según afirma ahora, «un mecanismo inconsciente de defensa ante la amenaza física».
Rosalía lamenta que sus trabajos actuales desconcierten a quienes se entusiasmaron en su día con «El mal querer» pero asegura que prefiere «que la Mala no me hostie». «La última vez que la Mala me amenazó fue en junio del año pasado y desde entonces pasa de mí», explica con cierto alivio. Dice la cantante que vivió momentos de mucha ansiedad y que se fue a vivir a Miami por miedo a que la rapera llevara a cabo su amenaza de «rajarme».
Rosalía no descarta rehacer su primer disco como solista siguiendo el ejemplo de Taylor Swift y titularlo «El mal chingar», pues en uno de sus últimos mensajes Mala Rodríguez aseguraba que «cuando oigo en un taxi el Malamente ese de la mierda te juro que me pillaría un avión solo para cruzarte la cara».
