Con un día de retraso y negociaciones hasta última hora, la cumbre de Glasgow culminó el pasado viernes con dos claros compromisos: «Tenemos que vernos más a menudo» y «Esto hay que repetirlo». El recién nacido Pacto del Clima de Glasgow reclama a los países que «no dejen pasar tanto tiempo», pues «aunque dé pereza organizarlo, luego merece la pena».
El vicepresidente de la Comisión y jefe de los negociadores europeos, Frans Timmermans, resumía así las conclusiones del encuentro: «Ha estado bien». Aseguró que «se ha hablado de todo un poco, muchos se han puesto cara, que ya era hora, y al final se ha apuntado bastante gente».
«Quedar para rajar del carbón siempre da ambiente y quieras que no une, porque un enemigo común es lo mejor para estrechar lazos», reconocía ya de camino al aeropuerto el británico Boris Johnson. «Aunque al final el clima es la excusa, lo importante es juntarse», agregaba el mandatario.
«Que hay que verse más, gente, hay que verse más», dijo el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, a los 120 jefes de Estado y de gobierno que asistieron al evento. «Ahora mismo creo un documento en Drive y cerramos fechas para el año que viene, no lo dejemos pasar», añadió.
