La Policía está investigando el asalto a la casa del fundador de Tinder, Sean Rad, donde unos delincuentes lo torturaron para que les consiguiera una novia. De momento no han trascendido muchos detalles de los hechos pero los agentes apuntan que al menos uno de los intrusos sí ha encontrado el amor.
Sean Rad estaba durmiendo cuando los asaltantes forzaron la puerta de su casa y le obligaron a conseguirles pareja. “Eran muchos, bastante feos y estaban muy desesperados, así que lo que me pedían era casi imposible”, lamenta el fundador de Tinder.
Rad soportó horas de tortura pero al final encontró la manera de contactar con chicas que pudieran estar interesadas en los perfiles de asaltantes de viviendas. Viendo que abandonar la casa con novia era demasiado ambicioso, los asaltantes se conformaron con tener al menos un ‘match’ cada uno. “En cuanto les conseguí un ‘match’ se pusieron a chatear con las chicas y se fueron”, relata Rad.
No es la primera vez que el fundador de una aplicación vive una experiencia de este tipo. En 2009, dos asaltantes se colaron en casa de Mark Zuckerberg para robarle sus amigos pero no encontraron ninguno.
