Un equipo de expertos de Idealista ha ido a tu casa y le ha pedido a tu madre que nos enseñe a todos tu habitación. A tu madre le habría gustado que tu habitación estuviera más ordenada durante la visita, pero los expertos llegaron cuando llegaron y la habitación estaba como estaba.
Lo primero que llama la atención de tu habitación es el olor, algo que a tu madre le avergonzó muchísimo. “Parece que tenga un muerto aquí dentro”, se disculpaba ante los expertos de Idealista. Después del olor, lo que más destacaba era la cama sin hacer y con una enorme montaña de ropa encima. “Tiene todo tirado por ahí, menudo desastre”, lamentaba tu madre queriendo dar por zanjada la visita.
Por suerte, los expertos insistieron para ver más y pudieron llegar a tu mesilla de noche, lugar en el que se acumulan decenas de tazas sucias. “En lugar de llevarlas a lavar va trayendo más”, declaraba tu madre con indignación. “Llevaba meses buscando esta”, se sinceró al ver una taza con un corazón y el nombre de la ciudad de Nueva York.
La mesa de tu escritorio está llena de papeles tirados, algo que para tu madre sirve de explicación para el hecho de que nunca encuentres nada. “Mirad, el pasaporte ahí en medio de todos estos papeles, de verdad que yo no sé cómo me ha salido así”, se lamentaba tu madre. “Voy a abrir esto para airear porque es insoportable”, dijo después, abriendo una ventana llena de huellas dactilares.
Aunque tu madre ya estaba muy avergonzada, cuando enseñó el interior de tu armario todos los miembros del equipo de Idealista entendieron que lo estaba pasando realmente mal. “En lugar de colgar la ropa o meterla en los cajones la va tirando como una bola, luego va con la ropa toda arrugada”, lamentaba. “Hala, una botella vacía en el suelo”, advirtió al tropezarse.
Al recoger esa botella del suelo, los expertos del equipo de Idealista se fijaron en el espacio que hay debajo de tu cama, algo que los cambió para siempre y de lo que tardarán años en recuperarse. “Ahora mismo solo puedo sentir impotencia”, comentaba tu madre. “Ahí abajo hay hasta restos de comida”, se decía con la sensación de haber fracasado como madre.
Con el estómago revuelto y muy impresionados por todo lo que habían visto, los expertos aceptaron las súplicas de tu madre para que abandonaran tu habitación. Ella consideraba que ya habían visto suficiente. “Tendremos que tener una conversación, porque esto es un auténtico desastre”, dijo ya en el pasillo. “Si quiere seguir viviendo en esta casa va a tener que acatar unas normas de mínima limpieza”, concluyó.
Después, los miembros del equipo de Idealista se fueron de tu casa para seguir con su ruta, pero una parte de ellos se quedó en tu habitación, un trozo de su ser había muerto en tu desorden. Desde aquí te pedimos que, si algún día limpias y ordenas la habitación y los encuentras, por favor los devuelvas.
