Polémica esta mañana en la estación ITV de Guadalhorce, en Málaga. David Hernández Ustárroz, uno de los técnicos que estaba llevando a cabo las inspecciones, ha decidido separar a un Volkswagen Polo de un Skoda Fabia al percatarse de que el primero estaba copiando al segundo a través del retrovisor derecho. «Se hacían guiños con el intermitente, claramente se habían puesto de acuerdo pero yo no soy tonto», comenta el técnico.
Al comprobar que el Polo no pisaba el freno y seguía en sus trece, Hernández ha decidido suspenderlo y ahora tendrá que ir a recuperación. «Se ha puesto como una moto, pero a mí me da igual», insiste Hernández, que confiesa que «los coches ahora vienen con muchos humos».
Los compañeros de David Hernández explican que el técnico «está muy quemado» y que suele gritar a los coches y celebrar con ellos «tutorías». Comentan que es un maestro frustrado y que se toma su trabajo «muy a pecho».
«Una de las pruebas a las que somete a los coches consiste en preguntar la ubicación de algunas calles y luego comprobar si el navegador sabe localizarlas correctamente. No es exactamente el tipo de comprobaciones que se hacen en la ITV. Pero cualquiera le dice nada», explica una fuente anónima de la estación ITV de Guadalhorce.
«A este Mercedes lo he tenido que separar también porque sus compañeros lo estaban retrasando, y eso no puede ser. Que la mediocridad del resto afecte a la aceleración de los que tienen más potencia no se puede permitir. No, al menos, en mi estación», señala David Hernández.
