El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, inauguró el curso político este miércoles con un discurso triunfalista de unos cuarenta minutos en el que anunció la subida inmediata del salario mínimo. Según fuentes del Ejecutivo, Sánchez esperaba un «alud de felicitaciones y agradecimiento ciudadano» que no llegó. Esto explicaría que este mediodía el presidente haya vuelto a comparecer para anunciar, otra vez, que ha ordenado la subida inmediata del salario mínimo.
«Quiero recordar que hemos cumplido con el reto de vacunar al 70% de la población», ha dicho Sánchez antes de permanecer unos diez segundos en silencio. «Como no oigo aplausos, diré más: los datos del paro de este mes de agosto indican que la recuperación es fuerte, sin precedentes», ha agregado, tras lo cual se han oído los tímidos aplausos de unos pocos periodistas en la sala de prensa. «400.000 trabajadores menos en ERTE. Esto lo dije, ¿cierto?», ha añadido el mandatario, que esta vez solo fue aplaudido por un miembro de su equipo.
Sánchez, cada vez más serio, ha señalado luego que «los datos son positivos en general, excepto si tenemos en cuenta el número de agradecimientos a la buena gestión de mi gobierno. Este aspecto, permítanme decirlo, es a todas luces mejorable». Dejando transcurrir en un tenso silencio otros cinco segundos, ha rematado: «Ni un ‘gracias’. Como si el salario mínimo fuera, yo qué sé, una anécdota. No lo es. Saben ustedes que no lo es. Y no me ha llegado… quizá porque no me lo han sabido transmitir… ni un gesto de reconocimiento. Un país que funciona es un país en el que hay cierta reciprocidad y respeto a las instituciones, también al Gobierno. Solo quería señalarlo. Pedirles, por favor, que reflexionen sobre esto».
«De nada, eh», ha declarado Sánchez justo antes de abandonar la sala de prensa. Algunos periodistas aseguran que, justo después de apagar el micrófono, se le ha oído murmurar «hijos de puta».
