Solo un par de minutos después de empezar a interactuar con ellos, Sancho Iñiguez Hernandez, un trabajador de Ikea Badalona, ha sido muy consciente de que la pareja que está atendiendo no sobrevivirá al montaje del armario Brimnes de tres puertas que se quieren comprar. “Hay unas mecánicas de pareja aquí que claramente no van a soportar las dos horas y media que requiere montar este mueble”, se sincera.
Sancho lleva ya diez años trabajando en Ikea y ha desarrollado un sexto sentido con las parejas. “Ella va a querer llevar la voz cantante, pero se va a equivocar porque no es un mueble fácil, eso a él le va a enfadar y se va a liar una gorda”, prevé. Aunque a Sancho le gustaría advertir a la pareja del negro futuro que les espera, la venta de un armario de 149 euros no le viene nada mal para cumplir con sus objetivos mensuales.
“Que no me malinterpreten, esta pareja no está tan mal”, matiza. «Una Billy, por ejemplo, provocaría una discusión y luego se arreglarían, pero el Brinmes acabará con ellos», declara. Expertos de Ikea aseguran que montar una Brimnes es una prueba más dura para una pareja que irse juntos de vacaciones o conocer a los padres. “Va a llegar un momento en el que va a haber que martillar la parte trasera y eso no hay pareja que lo resista”, sentencia.
Aunque al trabajador de Ikea le duele saber que esa pareja no va a llegar a la semana que viene, en el fondo es consciente de que le viene bien porque pronto el chico acudirá a comprarse otra Brimnes para su nuevo piso de soltero. “Sé que ella se quedará el armario porque claramente es la que lleva la voz cantante en la relación, aunque también la que más va a sufrir la ruptura”, adelanta Sancho.
