Un Seat Ibiza de Madrid está convencido de que es un veterano de guerra porque acumula una enorme cantidad de insignias en su parte delantera. Insignias que son, en realidad, pegatinas de la ITV pegadas a su parabrisas que se han ido acumulando desde 1998. El automóvil asume, sin embargo, que es un vehículo oficial del Ejército.
El coche ha empezado a mirar por encima del hombro a los otros vehículos, ya que la inmensa mayoría solo luce una pegatina. “Yo acumulo más de 20 medallas en mi parabrisas. Por mucha gama alta que seas, si me ves en una rotonda me tienes que ceder el paso”, declara. El coche considera que tiene un rango tan alto que ha dejado de parar en las señales de stop y en los semáforos en rojo.
Cada año, este Seat Ibiza vuelve a la ITV, que él cree que es un cuartel militar, y recibe una nueva medalla que su dueño pega junto a las otras. Este hecho hace que considere que es el vehículo con el mayor rango de toda la red de carreteras y vaya circulando con cierta prepotencia. “En cualquier momento me pueden llamar a filas”, explica. “Yo no puedo ir respetando los límites de velocidad como si fuera un civil cualquiera”, añade.
Como su dueño siga colocándole pegatinas de la ITV a este ritmo, la DGT calcula que, para el año 2025, nadie podrá conducir el coche porque será imposible ver la carretera. “Ese será el momento de retirarme y luchar contra el estrés postraumático de la guerra”, se sincera el Seat.
