Viendo que la normalidad social está cada vez más cerca y la posibilidad de vivir un verano sin apenas restricciones es prácticamente una realidad, los españoles se han agobiado y han pedido anestesia general para someterse a la operación bikini de este año. “A mí que me duerman, yo no quiero saber nada”, se sincera Camilo Gutiérrez, un joven de 29 años que no hace ejercicio desde que empezó la pandemia.
Los cuerpos de los españoles llevan más de un año abandonados a su suerte y ahora la operación bikini promete ser más dolorosa que nunca. “Yo pediré que me seden durante una semana, hasta que vuelva a tener el vientre plano”, asegura Fernanda Morales, una vecina natural de Valencia. Sanidad ya prepara la compra de millones de dosis de anestesia para administrar a la ciudadanía. “Esperamos alcanzar la inmunidad para el baño en julio”, declaran desde el Gobierno.
Después del confinamiento, la ciudadanía prefiere no enterarse de nada, ni ver ni ser vista. “Que pase todo cuanto antes, sin dolor”, insisten los españoles. “Hay formas imposibles en algunos cuerpos que sinceramente pensábamos que no podían darse”, explican los médicos asombrados. Muchas playas izarán la bandera roja para alertar a los bañistas de la presencia de cuerpos poco cuidados.
Además de anestesias generales, muchos españoles han pedido que les arranquen los ojos. “Ya me los pondré otra vez cuando vuelva a recuperar la figura que tenía antes de la pandemia, y cuando la recuperen los demás”, reconoce Adrián Romeo, vecino natural de Mallorca.
