El Gobierno de España ha pedido hoy al sector de la hostelería 300 millones de cafés y 600 millones de cañas que se pagarán con dinero del plan de recuperación europeo. «No queremos solamente salvar los bares, sino reforzarlos», ha dicho el presidente Pedro Sánchez, especificando que «el mío que sea con leche y cortito de café».
Cuando los pedidos se hayan servido, el Ejecutivo hará un gesto con la mano suspendida en el aire para que los hosteleros procedan a traer la cuenta, que se dividirá entre todos los países miembros de la Unión Europea.
«¿No lo van a apuntar?», ha preguntado el Gobierno al gremio de hosteleros españoles, que han asegurado, señalándose la cabeza, que «no hace falta, lo tenemos todo aquí».
La oposición ha criticado esta medida por considerarla «un gesto meramente teatral» pues, según insistía Pablo Casado, «el señor Sánchez sabe tan bien como yo que la cuenta no llegará o llegará muy tarde».
Sánchez ha prometido también 11.000 millones de euros extra para el bar Hermanos Camuñas de Móstoles cuya encargada, María José Cantonés Villuelas, fue operada de la espalda y está pasando un mal momento.
