En un esfuerzo por dar imagen de “absolute normality”, Fernando Simón ha estado ofreciendo té y pastas a los periodistas durante su puntual comparecencia de las cinco de la tarde, en la que ha negado que la cepa británica sea un problema en España. “Keep calm and carry on”, ha dicho con su habitual tono sosegado y elegante.
“It didn’t quite go as planned”, ha dicho respecto a los últimos datos de la pandemia, admitiendo que no son los que él tenía “in mind”. Simón ha admitido que, efectivamente, cada vez se detectan más casos aislados de la variante británica del virus, pero ha insistido en que él y su equipo “did everything we could” para evitar que se extendiera demasiado.
“Hopefully, the figures will soon start to improve, as we always knew there would be a lag before the impact of lockdown and the vaccine started to show”, ha dicho, repitiendo que la variante británica del “bloody virus” no es en absoluto preocupante.
Simón ha querido restar importancia a los cientos de conductores que han empezado a conducir por la derecha en nuestro país, diciendo que probablemente el fenómeno se deba a otras causas.
La comparecencia ha terminado a las cinco y media, justo antes de la hora de cenar.