Con la intención de mantener el contacto en un año en el que ha podido verlo menos que nunca, Jacinto Romerales, un joven de 27 años natural de Bilbao, le ha enseñado a usar Whatsapp a su abuelo pero se ha encontrado con que este lo ha usado para organizar fusilamientos. “Le expliqué cómo usar el teclado y meter emoticonos, pero él enseguida empezó a crear grupos en los que se llamaba al levantamiento militar”, reconoce avergonzado.
El abuelo de este joven ya administra más de diez grupos de ideología de extrema derecha en los que seleccionan personas a las que ejecutar. “Yo solo quería mandarle un mensaje de vez en cuando a mi abuelo, no pretendía ser el germen de un grupo paramilitar”, se defiende Jacinto. “Mi abuelo está todo el día en línea pero jamás me responde a los mensajes porque está hablando en los grupos, gestionando los fusilamientos”, relata.
Viendo la mala experiencia que ha tenido con Whatsapp, Jacinto ha decidido que ya no va a hablar de otras aplicaciones a su abuelo. “Paso de enseñarle el Tik Tok porque es capaz de empezar una guerra civil”, dice en referencia al tipo de humor que practican los jóvenes en esa red social. “Desde hace días, los únicos mensajes que recibo de mi abuelo son interminables listas de nombres que me reenvía por error”, lamenta el nieto. “Yo prefiero no saber qué les va a pasar a esas personas”, confiesa.
Al cierre de la edición, la prensa española ha podido saber que Jacinto Romerales ha pasado a ser objetivo militar de uno de los grupos administrados por su abuelo. “Han visto unas fotos mías con la bandera republicana y me han amenazado de muerte”, declara. “Al menos ahora que mi abuelo me amenaza tenemos más contacto”, concluye.
