Esta mañana, el Gobierno ha publicado el primer borrador del plan de Navidad para 2020. Este año las fiestas serán diferentes y no van a consistir tanto en honrar el nacimiento del Mesías como en recordar la victoria del pueblo de los macabeos, cuando en el siglo II de antes de nuestra era recuperaron el Templo de Jerusalén. Las medidas y recomendaciones de este primer borrador son las siguientes:
Sustituir el árbol de Navidad por una menorá, un candelabro de ocho brazos que será encendido al atardecer durante ocho días seguidos. Esta es la única mitzvá, dice el Gobierno, pero eso no impide llevar a cabo otras actividades.
Sustituir la celebración del nacimiento de Cristo por un “encendido de luminarias” que simboliza la expulsión del invierno.
Recitar la oración Hallel entre todos, lo que propicia la Shalom Bait (con un máximo de seis personas).
Sustituir los turrones (que se comparten y por tanto pueden ser contagiosos) por sufganiot individuales.
Los niños no acudirán a cabalgatas de Reyes sino que jugarán con el dréidel.
Sustituir los típicos platos navideños por comida del restaurante chino para llevar (kosher).
Alargar el toque de queda las noches del 24 y del 31 pero reducir las actividades sociales al máximo desde el atardecer del viernes hasta la aparición de las tres primeras estrellas la noche del sábado a fin de honrar el shabbath.
De forma indefinida, el Gobierno pide también que la población deje de saludarse con besos y abrazos y lo haga diciendo “shalom” y respondiendo “aleijem shalom”.
Si hubiera algún nacimiento en la familia y el recién nacido fuera varón, a los ocho días se le deberá pacticar la בְּרִית מִילָה.
Considerar que la Nochebuena, la Navidad, San Esteban y Reyes son festividades gentiles despreciables.
