Al haber perdido su principal fuente de sustento con el ocio nocturno cerrado, los gorilas de discoteca se han visto forzados a huir de nuevo al bosque y han fundado allí sus propias comunidades. Según ha podido saber la prensa, de momento han adoptado un sistema político que se basa en “la ley del más fuerte”.
Estas comunidades destacan por ser muy silenciosas, por evitar el contacto visual con otras comunidades y por perder la paciencia a la primera de cambio. “A simple vista parecen pacíficos, pero nadie ha podido integrarse con ellos para estudiar su comportamiento”, reconoce el biólogo Oscar Carrero Rodríguez. “Han creado una sociedad que sería el sueño de Dian Fossey porque, aunque les cuesta, se comunican algo mejor que los gorilas convencionales”, reconoce.
Lamentablemente, los gorilas de discoteca ya asentados en el territorio no están dejando entrar a casi nadie, así que las comunidades son muy cerradas y tienen muy pocos miembros. “Solo dejan pasar a las hembras, pero como ninguna se ha acercado hasta el bosque, pues no se están pudiendo aparear”, afirma el biólogo. “Pasan mucho frío porque, aunque han construido cabañas, todos se quedan esperando en la puerta”, añade Carrero.
Los expertos creen que los gorilas pasarán el otoño y el invierno en el bosque, pero con la llegada del calor migrarán a la costa para fundar comunidades de chulos de playa.
