El auge del veganismo ha provocado la desaparición de 15,8 millones de hectáreas de bosques y vegetación, el equivalente a 40 campos de fútbol cada minuto durante 12 meses. Con el fin de alimentarse sin tener que recurrir a alimentos que no sean de origen vegetal, los veganos ha arrasado con la Amazonía, a la que han extirpado más de 3000 kilómetros cuadrados de área boscosa.
Estos son los últimos datos recabados por la Universidad de Maryland y publicados este miércoles por la organización Global Forest Watch. El estudio apunta que detener «la moda del veganismo» y restaurar la flora terrestre podría eliminar 7.000 millones de toneladas métricas de carbono cada año, que es el equivalente a neutralizar los efectos de 1.500 millones de automóviles, más que todos los que existen hoy en el mundo.
«Si no ponemos fin al veganismo, en 2025 los veganos se habrán comido el 80% de la vegetación del planeta», sentencia el informe. «Y lo que es peor: sin ni siquiera disfrutarlo», agrega.
Los expertos insisten en que «nadie gana con el veganismo, ni los veganos son capaces de nutrirse con comida sabrosa ni el resto de la humanidad se beneficia de su sacrificio sino todo lo contrario».
Para explicar el alcance de la tragedia, Global Forest Watch explica que «un árbol proporciona oxígeno para que respiren tres personas al día y un vegano se come dos árboles de media a la semana, dejando sin aire a personas que lo necesitan tanto como ellos». La solución, según los especialistas, es muy clara: penalizar el veganismo y acabar con los veganos antes de que ellos acaben con nosotros.
