El Ministerio de Sanidad ha reconocido esta mañana en una nota informativa que la presión asistencial en los principales centros hospitalarios del país puede llegar a los niveles del inicio de la pandemia, incluso habiendo menos casos, porque el personal sanitario del que entonces se disponía «se hizo rico en la primera ola y son muchos los que se han retirado para vivir de las rentas».
«Los aplausos a las ocho, con el correspondiente y comprensible chute de ego, y las sartenadas de dinero público que llegaron a sus bolsillos hacen, como es natural, que no les compense volver a la trinchera», razona el titular de Sanidad, Salvador Illa. «Nada que reprochar, lo dieron todo», agrega.
Las gestiones del Gobierno van dirigidas ahora a convencer al personal sanitario para que se reúna «aunque sea para una última gira de despedida», como detalle «para los fans, es decir, los españoles». A algunos, residentes en las Bahamas, está costando localizarlos.
Tampoco parece que los estudiantes de medicina en prácticas estén dispuestos a librar la batalla «porque están muy cómodos con su sueldo estable y sus poquitas guardias semanales, no quieren líos», admite Illa.
«Al final, como siempre, van a tener que encargarse de todo los camareros, que esos no tienen nada que hacer y por una propina seguro que se animan», concluyen desde Sanidad.
