Con la seguridad de saber que los han educado bien, los padres españoles confían secretamente en que sus hijos sepan qué es lo mejor para ellos y hagan novillos este curso para evitar contagios. “Le hemos enseñado a mirar por su propio bien y a sobrevivir, esperamos que ahora ponga todo esto en práctica”, reconoce Amador Pajares Dominguez, un padre de Vigo cuya hija cursa Primero de la ESO.
Para no quitar autoridad al profesorado, los padres españoles no pedirán explícitamente a sus hijos que se salten las clases. Les prepararán la ropa y la mochila como siempre, incluso los dejarán en la puerta del colegio, pero cuando den la vuelta con el coche confiarán en que los niños vayan a escondidas al parque más cercano a fumar porros. “Si le da un ‘blancazo’ se echa a dormir unas horas y ya está, pero si da positivo por coronavirus nos tenemos que confinar todos dos semanas”, razona Pajares.
“Niño, si sacas un ‘No presentado’ en todas las asignaturas te compro una moto”, han prometido muchos padres a sus hijos, ya totalmente desesperados. “Es cierto que en el colegio se enseñan algunas cosas útiles, pero ahora mismo el gran aprendizaje está en huir del virus”, apuntan desde la AMPA. “Nunca les diremos qué es lo que tienen que hacer, pero sí podemos premiarlos si sus acciones evitan que nuestra casa se infecte”, añaden.
Al cierre de la edición, un alumno de Segundo de la ESO de un instituto de Cuenca ha sido expulsado por mal comportamiento y sus padres le han regalado un ordenador nuevo. “Nunca habíamos estado tan orgullosos de él como hoy”, declaran visiblemente emocionados.
