Juega a dos bandas. Esta es la conclusión sobre la Organización Mundial de la Salud a la que han llegado ciudadanos de varios países tras filtrarse ayer imágenes del director general de la institución, Tedros Adhanom, susurrándole recomendaciones al virus a través de un microscopio.
«Toca ser creativos, tienes que encontrar otra vía de entrada al organismo, un orificio que no esté tapado por la mascarilla. ¿Quizá el oído?», comentaba Adhanom creyendo que nadie le estaba oyendo y mucho menos grabando. «Del codo olvídate, están sobre aviso, y ve trabajando en nuevas cepas porque con la vacuna van avanzando», agregaba en el vídeo que ha filtrado una fuente anónima.
El escándalo y las acusaciones de «alta traición» han obligado al directivo a comparecer de urgencia esta mañana. Adhanom ha argumentado que «esta organización tiene como objetivo velar por la salud, entendiéndose por ello la salud de todos, no solo de los seres humanos». Ha insistido en que «el combate por la supervivencia debe ser igualado, esta entidad actúa como árbitro aconsejando a todas las partes implicadas en el reto de la vida». Ha pedido «menos antropocentrismo y más comprensión». Por tanto, lejos de disculparse, ha justificado su actuación y se ha negado a contestar cuando se le ha preguntado si el coronavirus también financia a la OMS o «solo lo hacemos los humanos, en clara desventaja».
En España, el presidente Pedro Sánchez ha sentenciado que «en la lucha contra el coronavirus no cabe la equidistancia». Ha reconocido también que todas las medidas aconsejadas por la OMS deben ahora «revisarse críticamente porque podrían ser una trampa».
