El coronavirus ha obligado a toda la población mundial a incluir las mascarillas en su atuendo diario. Los políticos, como el resto de los ciudadanos, aprovechan el espacio que da la mascarilla para exteriorizar sus gustos personales o su compromiso con determinados sectores de la población, y así lo han hecho este miércoles en el Congreso de los Diputados. Abascal ha contemplado la posibilidad de tener que librar una batalla “bien con enemigos terrícolas, bien con enemigos desconocidos de otros planetas que vengan a quitarnos el trabajo”.
Su mascarilla es una pieza de tela negra con un guiño a las Fuerzas Armadas Españolas al incluir dos cañones láser en miniatura y cuatro banderas de España. “Parece que hay símbolos que molestan”, ha dicho en referencia a los rayos láser “completamente inofensivos” que salían disparados de su cara.
“Tengo licencia”, ha insistido recordando que va siempre armado con una Smith&Wesson, aunque los cañones láser de la mascarilla “son solo simbólicos y no letales” porque para eso tiene la pistola.
Otro miembro de su partido, Javier Ortega Smith, ha comparecido con una mascarilla que tenía cuchillas, alerones, gimnasio y capilla.
