“Esta no la habíais visto venir”, comentaba esta mañana el ministro de Sanidad, Salvador Illa, en una rueda de prensa en la que ha advertido a la ciudadanía de que el uso obligatorio de la mascarilla se aplica también mientras se duerme «y con toda la lógica, pues es cuando menos podemos controlar la distancia de seguridad».
Según el ministro, la medida se toma porque “no he estado yo tres meses sin ver a mi familia para que ahora, porque a la gente le moleste dormir con mascarilla, nos confinen otra vez”.
Sanidad estudia asimismo instalar cámaras de seguridad en los dormitorios de todos los hogares de España para asegurar el cumplimiento de la nueva norma. Preguntado por la posible ilegalidad de este procedimiento, el ministro ha declarado que “no, no creo que sea ilegal” mientras señalaba al periodista que había hecho la pregunta y hacía gestos a los policías presentes para que se lo llevaran.
Según el último informe del CIS, la ciudadanía está dispuesta a hacer los sacrificios que hagan falta para acabar con “el bicho”, incluyendo dormir con mascarilla, no salir de casa nunca más o dejar de respirar el resto de su vida para evitar la propagación del virus. Solo algunos insolidarios han antepuesto su comodidad a la lucha contra la pandemia.
El titular de Sanidad ha informado de que ampliar la distancia social de dos metros a dos kilómetros o dejar de saludarse con el codo para hacerlo con la rodilla son otras de las medidas que están en estudio. “Queremos ver hasta dónde llega la paciencia de la gente”, ha admitido, anunciando también que, en breve, tendrá lugar una ceremonia en el palacio de La Zarzuela durante la cual el rey Felipe VI condecorará a todos aquellos policías de balcón que más se distinguieron por su servicio al país insultando a quienes salían a la calle durante el confinamiento.
