La reapertura de los museos ha supuesto una gran noticia para los amantes del arte, pero por ahora todavía hay algunas restricciones que molestan a los visitantes. Debido a la posibilidad de contagios, el Museo del Prado ha prohibido que la gente toque sus cuadros, incluso si su intención es retocarlos o corregirlos. “Por ahora se podrán ver pero manteniendo una distancia de seguridad”, informa su director, Miguel Falomir.
Esta medida ha enfadado a los visitantes del museo. “Para ver cuadros me meto en internet, a mí lo que me gusta es pasar el dedo por la pintura y así percibir mejor el arte”, se sincera Juana Torres Muñoz, una de las fijas de El Prado. “Entiendo que la pandemia todavía está muy reciente, pero venir aquí a mirar los dibujos desde dos metros me parece un disparate”, asegura Sergio Martín Bello, veterano amante del arte.
Muchos visitantes de este museo solían entrar con un pincel y una paleta de colores para arreglar los errores de los cuadros expuestos, algo que por ahora estará terminantemente prohibido. “Están anteponiendo la seguridad al arte”, lamenta un joven al que le han requisado su brocha en la entrada. La dirección del museo confía en volver a la normalidad cuanto antes, pero por ahora pide paciencia. Aún así, no se descarta de aquí a unas semanas permitir a los visitantes tocar las obras con los pies o con los codos.
Esta difícil decisión del Museo del Prado no es única. En la Capilla Sixtina, por ejemplo, la dirección ha prohibido a sus visitantes tirar papeles mojados al techo al menos hasta dentro de dos meses, algo que ha generado mucho descontento en Italia.
