Polémica medida la anunciada hoy por el Ministerio de Cultura. A partir de la semana que viene, el Gobierno solo permitirá las obras de teatro que solo interesen a dos o tres personas. Algunas salas ya se han quejado de que tendrán que regalar entradas para poder cubrir ese cupo de gente. “Nos parece una afluencia desmesurada e irresponsable”, explica Anavel Castan, directora del teatro del Barrio de Madrid.
Los actores y actrices de obras como “El pájaro rojo cojo”, “Esencia de colonia de mujer” o la irrepetible “Camisa sin planchar al alba” ya han empezado a sentir el miedo escénico de enfrentarse a un público tan numeroso. “Tendré que modular la voz mucho más de lo que estoy acostumbrado para que me pueda oír bien todo el público”, asegura el actor catalán Octavi Pujades.
“Que haya más gente en las butacas que en el escenario será sin duda una sensación muy extraña, pero supongo que poco a poco tendremos que ir habituándonos a esta nueva normalidad”, expresa el actor andaluz Bruno Sevilla.
Desgraciadamente, no todos los intérpretes se han tomado esta medida con filosofía. “Tres personas es mucha gente, hay vida más allá del teatro comercial”, han lamentado muchos integrantes del gremio, cuyas obras no pueden ser interpretadas por no cumplir los requisitos. “El Gobierno ha demostrado que solo le interesa contentar a la masa y no a los que buscan obras de teatro de verdad”, protestan.
Respecto a las obras de microteatro, el Ejecutivo ha anunciado que seguirán canceladas hasta que no se fabrique un microscopio lo suficientemente potente como para ver si el virus ha infectado a los diminutos actores que participan en ellas.
