Con la idea de evitar “tensiones innecesarias” en las calles españolas, esta mañana el Gobierno ha decidido que dejará salir a Rubén de 6 a 10 y a Marisa, su ex, de 10 a 14 para impedir que coincidan y se encuentren cara a cara. Con esta distancia de seguridad, el Ejecutivo confía en que la expareja no protagonizará ninguna «escenita» a las que, tristemente, ya nos tienen acostumbrados.
La oposición se ha quejado de la medida al considerar que el hecho de que Rubén tenga que volver a casa a las 10 y Marisa pueda salir a esa misma hora puede hacer que se encuentren, lo que sin duda sería una auténtica desgracia. “Viven muy cerca y todavía no han superado su ruptura, me parece muy irresponsable por parte de Pedro Sánchez dejarlos salir a horas tan próximas entre sí”, ha lamentado esta mañana Pablo Casado.
El Gobierno ha alegado que las dos franjas establecidas, tanto para Rubén como para Marisa, son más que suficientes para mantenerlos alejados. “Es imposible que coincidan porque varios agentes se encargarán de que no estén ni un segundo más de lo permitido en la calle”, tranquiliza el jefe del Ejecutivo. Los expertos temen que, si coinciden, rebroten los sentimientos que ya dejaron atrás. “Habría que hacerles un test para saber si realmente dan positivo en haber superado la ruptura”, explican.
El Gobierno también ha decretado una tercera franja de 14 a 18 para que Eivynd, el profesor de salsa y bachata con el que presumiblemente Marisa mantuvo un apasionado ‘affair’ el pasado mes de noviembre, pueda salir a pasear sin coincidir ni con Rubén ni con Marisa. “Mientras controlemos a estos tres, todo irá bien y pronto volveremos a la normalidad”, reconocen desde el Gobierno.
