Habían aguantado ya varias videollamadas con una imagen que se congelaba y un sonido entrecortado, pero esta mañana los miembros de la familia Rivadulla han dicho basta y han expulsado al primo Rubén por su mala conexión a internet. “En esta familia ya no hay sitio para personas con conexiones lentas”, ha dicho la abuela justo antes de expulsar a Rubén de la conferencia multitudinaria que mantienen cada día a las once y media.
El caso del primo Rubén no es único. Miles de españoles han sido dejados de lado por sus familias en los últimos días por ralentizar el ritmo de las videollamadas. “Cuando estás hablando con los seres queridos, que hace dos semanas o más que no puedes ver, lo último que necesitas es a alguien preguntando todo el rato si se le ve o si se le oye”, justifica la tía Paquita. “Vivimos momentos duros y solo los que tengan conexiones fuertes sobrevivirán”, añade.
El primo Ramón, que hasta ahora era el fracasado porque no tenía ni estudios ni trabajo, gracias a su fibra óptica de alta velocidad ya es visto como el gran triunfador de la familia por todos sus tíos y primos. “La nitidez con la que se le ve a Ramón y lo bien que se le escucha es todo un soplo de aire fresco en estos tiempos de oscuridad”, se sincera el tío Fermín. “El chaval nos ha demostrado lo mucho que vale en estas dos semanas”, agrega emocionado.
Por su parte, el abuelo Damián, que todavía no entiende muy bien el funcionamiento de las nuevas tecnologías, se ha mostrado muy indignado con su familia al verlos en una pantalla y creer que todos están juntos en la misma casa menos él.
