«En aquellos días acababan de estrenar el documental en Netflix y estábamos todos los españoles muy influenciados». Así justifica el ministro de Sanidad, Salvador Illa, el hecho de que el Gobierno de España se deshiciera en enero del año pasado de varias toneladas de material sanitario -incluyendo mascarillas, trajes de protección y respiradores- para seguir el consejo de la japonesa Marie Kondo, gurú del orden y partidaria de prescindir de todo lo que no sea esencial en nuestras vidas.
Aunque recuerda que él no era titular de Sanidad en aquellos tiempos, sí considera «entendible» la decisión de vender a China a precio de saldo estos respiradores que ahora tanto necesita el país. «No se puede juzgar el pasado con ojos del presente, realmente ese documental se puso muy de moda, estábamos en plena fiebre de Marie Kondo», insiste el ministro, argumentando que «eso pasa siempre, basta con que te deshagas de algo que no usas para que acabes necesitándolo poco después».
Ante las críticas de la oposición, el Ejecutivo ha querido recordar que «la manía de desprenderse de todo también afectó a los partidos, algunos decidieron destruir en su momento discos duros que no usaban».
Pedro Sánchez defendía ayer por la tarde que «no hay que demonizar el minimalismo organizativo» e insinuaba que «la idea de funcionar solo con lo esencial sigue teniendo sentido». Según el presidente, «en estos días estamos viendo que quedándonos con las actividades esenciales las ciudades lucen más despejadas que nunca», obviando por supuesto hospitales y tanatorios, en los que concedió que «hay lío».
