Las mascarillas que han empezado a repartir las autoridades en las estaciones de metro no bastan para los españoles que viajan en el suburbano. Tras el segundo día de vuelta al trabajo, muchos usuarios de este transporte público han pedido que se entreguen también mascarillas para los sobacos.
“El olor a sudor traspasa la mascarilla y es muy desagradable, es como si se quedara el sudor entre tu boca y la mascarilla”, lamenta una mujer que ha salido del vagón dos paradas antes de la suya para proseguir a pie su trayecto al trabajo. “Si la gente ya olía mal antes, ahora que todos hemos perdido un poco el hábito de ducharnos pues te puedes imaginar lo que es esto”, asegura un pasajero del metro que lleva aguantando la respiración desde que se sentó en el vagón.
El mal olor en los vagones se ha intensificado por la falta de higiene durante el confinamiento y las mascarillas en la boca no hacen nada para paliarlo, por lo que Sanidad ya valora repartir esas mascarillas para los sobacos que retengan el sudor en las axilas, tal y como están pidiendo los usuarios del metro. “No sabemos si repartir tres mascarillas por persona es viable en estos momentos”, reconoce el ministro Salvador Illa. “Pero somos conscientes de que el olor ya es la principal preocupación de los españoles que utilizan el metro”, concede.
El Gobierno también ha escuchado las quejas de los carteristas que operan en el metro y, a partir del jueves, pedirá a los pasajeros que dejen sus objetos personales al fondo de cada convoy para que los rateros puedan hacer su trabajo sin necesidad de arrimarse a la gente.
