«No se le pueden poner mascarillas al amor». Este ha sido el argumento que ha esgrimido esta mañana el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, minutos después de haberse enterado «por Twitter» de que hoy es el Día Internacional del Beso. Sánchez ha considerado necesario «aplazar a mañana las medidas de protección», refiriéndose principalmente al uso recomendado de mascarillas entre la población general.
«Se supone que hoy teníamos que repartir mascarillas a los usuarios del transporte público pero hemos recibido la orden de interrumpir el abastecimiento de forma inmediata», comenta un agente de la Policía Nacional en Madrid, que admite que «ya me extrañó que, siendo el día del beso, empezaran hoy a ordenar el reparto de mascarillas».
Ante las críticas de la oposición, Pedro Sánchez ha insistido en que «este virus no podrá contra el amor porque el amor prevalece siempre», recalcando que en estos momentos «necesitamos un día de besos» para «coger fuerzas».
Desde el Ministerio de Sanidad reconocen ante los medios de comunicación que la vuelta al trabajo de miles de españoles coincidiendo además con el Día Internacional del Beso puede provocar «un repunte de la curva de contagios», pero el Gobierno insiste en que «una sociedad que prohíbe los besos es una sociedad en la que nadie sensato querría vivir».
