El Gobierno quiere tener datos científicos sobre la mesa cuanto antes para confirmar que los españoles han entendido el plan de desescalada del confinamiento que explicó ayer por la tarde el presidente. El Ministerio de Sanidad está ultimando un estudio para hacer un muestreo rápido de la sociedad española con el fin de conocer qué porcentaje real de la población ha comprendido todas las fases del proceso y lo que cada una de ellas implica.
Este primer estudio, previo al gran mapa de compresión de la desescalada que Sanidad quiere tener antes de que llegue el próximo otoño, se va a basar, según los documentos en los que ya trabajan en el ministerio que dirige Salvador Illa, en realizar test rápidos a una muestra mínima de 62.400 personas, repartidas por 30.000 hogares de toda España. En los test se preguntará por cada una de las fases y por su aplicación concreta en cada comunidad.
El problema es que estos test pueden tener una fiabilidad de solo el 64% en los primeros días tras la explicación oficial del plan, por lo que pueden dar falsos negativos si no ha pasado el tiempo necesario para asimilar la información y corroborarla a través de los medios de comunicación. Sanidad ya ha fijado que, si la prueba a un ciudadano da negativa, se repetirá.
Los especialistas de Sanidad y del Instituto Carlos III, el centro de referencia epidemiológica del país, están obsesionados con que el estudio sea lo más amplio y, sobre todo, lo más representativo de la sociedad para que se cumpla el plan de desescalada. Por ello, expertos del Instituto Nacional de Estadística (INE) serán los que seleccionen la muestra, sobre todo entre los hogares que no siguieron en directo la explicación de Pedro Sánchez y que, de acuerdo a los propios datos oficiales, podrían ser superiores al 80% de la población.
El dato que más preocupa es que el propio Pedro Sánchez suspendiera el test de comprensión de la desescalada. Llegó a admitir que no había entendido «apenas nada» y que sería incapaz de repetirlo si no le dejaran leer de un papel.
