Como tantos otros españoles, Mario Lozano, un alto ejecutivo de Granada, se ha visto obligado a teletrabajar estos días por la crisis del coronavirus tras años pasando casi todo el tiempo en la oficina. Al ver que sus hijos se referían a él como «el invitado» o «el señor» y le trataban de usted, ha tenido que reunir a la familia y presentarse formalmente.
«Niños, este señor es vuestro padre, el mismo al que dedicabais algunos dibujos en la escuela, ¿os acordáis?», explicó ayer la madre de los tres niños, de 3, 5 y 10 años de edad, mientras el padre se ofrecía a responder «cualquier duda que tengáis».
«¿Cuánto tiempo se va a quedar aquí el señor, mamá?», preguntó el pequeño Lorenzo. Lozano se apresuró a aclarar que «esta es mi casa y vivo aquí con vosotros desde siempre, pero papá trabaja mucho en la oficina haciendo cosas muy importantes».
La familia se está apresurando a habilitar una habitación de la casa como despacho para que «el señor» pase allí todo el tiempo que pueda sin perturbar a los niños, que sienten que su hogar ha sido invadido por un completo desconocido con traje.