El Senado de Estados Unidos ha absuelto este miércoles a Donald Trump de los cargos de abuso de poder y de obstrucción al Congreso. El fracaso del «impeachment», el proceso institucional más grave de la política estadounidense, ha envalentonado a Trump, que considera «peligroso» que la oposición haya sido incapaz de inculparle pese a los crímenes que ha cometido.
«Si no han podido demostrar algo tan evidente, ¿cómo esperan proteger a los ciudadanos de amenazas extranjeras?», ha argumentado Trump esta mañana.
El magnate cree que «dejar Estados Unidos en manos de estos inútiles» sería irresponsable, y reconoce que a lo largo de todo el proceso se ha visto tentado de confesar «porque daban pena».
«¿Realmente querríamos que nos gobernaran unas personas que han sido incapaces de echar a un criminal de la Casa Blanca?», ha sentenciado Trump.
Sus argumentos tras el fiasco del «impeachment» han callado incluso a sus detractores, y parece claro que la ciudadanía no tendrá otro remedio que volver a votarle en los próximos comicios.
