Pablo Iglesias cree que los esfuerzos y las concesiones que debe hacer para frenar el auge de la ultraderecha en España mediante un Gobierno de coalición con el PSOE «tienen un límite, el límite del amor propio». Advertía así ayer el líder de Unidas Podemos a Pedro Sánchez de lo «ofensiva y fuera de lugar» que resulta la oferta de un perro y una flauta oficiales. Un «privilegio» que el socialista propuso ayer concederle si finalmente se convierte en vicepresidente del nuevo Ejecutivo.
«Yo no le ofrezco una chaqueta de pana y un disco de Ana Belén», protestaba Iglesias en Twitter, rompiendo así la discreción con la que se suponía que debían llevarse a cabo las negociaciones. «Ni champú, ni gomas para el pelo ni discos de Kortatu, que por otro lado ya tengo. Todo esto no es serio, aunque la intención sea buena, y muestra lo poco que conoce Sánchez nuestra idea de España», añadía ayer por la tarde.
Tampoco acepta Unidas Podemos que sus posibles ministros y ministras reciban una riñonera ministerial en lugar de la tradicional cartera.
Sánchez ha respondido simplemente que «las ofertas siguen en pie por si finalmente se anima», aunque ha recordado que «no es obligatorio» aceptarlas. Ha dicho también que «creía que su ambición era cambiar la política, por eso asumí que preferirían algo distinto al coche oficial, algo más próximo a la gente de la calle. Pero supongo que al final a todos nos gustan las mismas cosas».
