Actuando con una crueldad y un ánimo de venganza muy inspiradores pese a su corta edad, Greta Thunberg ha hundido ya cinco petroleros y ha secuestrado varios buques mercantes con las bodegas cargadas de plástico durante su travesía por el Atlántico. La joven activista, que se dirige a Madrid para asistir a la Cumbre del Clima que se celebrará entre el 2 y el 13 de diciembre, ha dado orden de perseguir, hundir, abordar y asaltar todos los barcos que considera enemigos y una amenaza para la naturaleza.
El Plymouth, la nave de Thunberg, es un velero muy ligero, lo que le da una ventaja estratégica clave para enfrentarse a los grandes buques que cruzan el océano, que apenas pueden repeler los ataques, según explican algunos expertos en navegación marítima consultados por este diario.
Poco se sabe de los barcos que ha hundido, secuestrado o saqueado. El capitán de un mercante asaltado por Thunberg tuvo tiempo de enviar un escueto mensaje de socorro que no da detalles sobre el destino de la tripulación ni de su carga: “El Plymouth salió de la nada. No llevaba bandera. Dos días de persecución. Salió de entre la bruma, nos sorprendió. Naufragamos. Naufragamos. No hay nada que hacer. La oigo reír. Ya está a bordo. Dios nos asista”.
A última hora, fuentes del Plymouth han informado de que, al acercarse a la costas gallegas y ver brillar las luces de Vigo con más intensidad de la necesaria, Thunberg ha dado orden de bombardear y arrasar la ciudad “sin cuartel”.
