Esta mañana, Oriol Junqueras se ha mostrado muy sorprendido y confuso al ver que su nuevo compañero de celda es una farola. Dos funcionarios de la prisión de Lledoners han transportado a la farola al interior de la celda del exvicepresident de la Generalitat a primera hora, donde cumplirá su condena por obstrucción a la justicia y atentado contra la autoridad.
Nada más llegar, la farola se ha pedido la litera de arriba, obligando a un resignado Junqueras a coger sus cosas y colocarlas en la litera de abajo. Al político catalán tampoco le ha hecho ninguna gracia que la farola se haya adueñado del único enchufe de la celda. Según los trabajadores del centro, los reos no han hecho buenas migas porque en el patio han estado separados. “Junqueras estaba con los otros catalanes y la farola con las otras farolas”, declaran.
Después de muchas horas en silencio, Junqueras ha roto el hielo y le ha preguntado a la farola qué es lo que ha hecho ella para estar ahí. La farola ha defendido su inocencia y se ha definido a sí misma como una cabeza de turco, lo que ha despertado la simpatía del político catalán.
A la llegada de la noche, después de estar todo el día apagada, la farola se ha encendido alrededor de las 21:30 horas, provocando que Junqueras no pudiera dormir. Al ver que la farola no podía hacer nada para cambiar su programación, el líder independentista ha aprovechado su luz para leer y escribir hasta altas horas de la madrugada.
