Determinado a que todo salga perfecto, y consciente de la cantidad de personas que van a ver cómo se desarrollan los hechos, el Gobierno en funciones ha decidido exhumar primero a José Antonio Primo de Rivera “para practicar” y así tener experiencia para cuando sea el turno de Francisco Franco. “La idea es que no nos coja de nuevas”, ha explicado hoy la portavoz del Gobierno, Isabel Celaá.
Al ser la primera vez que se exhuman los restos de un dictador en España, los nervios están a flor de piel en el Ejecutivo de Pedro Sánchez. “No queremos decepcionar a los españoles”, reconoce el presidente en funciones. “Nos gustaría que todo saliera bien a la primera”, insiste. El Gobierno exhumará a Primo de Rivera esta misma semana y, dependiendo de la habilidad mostrada al hacerlo, se decidirá si se exhuma a Franco o si se sigue practicando con otros, porque «hay más».
“Si con José Antonio vemos que la cosa no marcha, probaremos con su padre Miguel, que también fue un dictador y puede sernos muy útil”, afirman desde el PSOE.
De momento, el principal escollo para llevar a cabo la exhumación sigue siendo la oposición del prior de El Valle de los Caídos. Por suerte, el Gobierno está convencido de que el religioso será incapaz de proteger dos tumbas a la vez. “Fingiremos que vamos a por una y entonces saldremos corriendo hacia la otra”, anuncian desde el Ejecutivo.
Al cierre de la edición, la prensa ha podido saber que seis becarios de paleontología, que ya han enterrado y exhumado varios gatos en la facultad, harán el ensayo general con la tumba de José Antonio y con el cuerpo de Franco se sacarán el proyecto final de carrera.
