A los pocos minutos de haberse iniciado la exhumación de los restos del dictador Francisco Franco, la familia del caudillo ha puesto en marcha su venganza contra el Gobierno, al que acusa ahora de apología del franquismo por «exhibir al dictador por todo el cielo de Madrid». En virtud de la reforma del Código Penal que impulsó el propio Partido Socialista, el Ejecutivo de Sánchez tendrá que comparecer ante el juez esta misma tarde.
«Esto es un error, quiero hablar con un abogado», protestaba este mediodía el presidente en funciones mientras era conducido a las dependencias policiales. Le acompañaba la vicepresidenta Carmen Calvo, esposada y con expresión de incredulidad. Ninguno de los dos ha sido capaz de rebatir el argumento de que los restos de Francisco Franco son un símbolo franquista ni han podido negar el hecho de que el cuerpo ha sido exhibido, efectivamente, «frente a centenares de personas y, literalmente, por todo alto», según reza la denuncia interpuesta por los familiares del dictador.
Fuentes de La Moncloa admitían esta tarde que nadie había previsto que la Ley de Memoria Histórica pudiera utilizarse en contra del Ejecutivo y, aunque se confía en que el juez no llegue a acusar al Gobierno de enaltecimiento del franquismo, es posible que Sánchez tenga que pasar la noche en el calabozo.
