Ciudadanos ha ofrecido este jueves un acuerdo al Partido Popular para turnarse la presidencia de Vox dos años cada uno y repartirse así el peso de la ultraderecha para que los pactos a los que lleguen con el partido de Santiago Abascal les afecten a ambos por igual.
«La fuga de votos del PP a Ciudadanos se debió al acercamiento con Vox. Como éste es insoslayable, hacemos este ofrecimiento generoso en el que todos salimos ganando, o perdiendo por igual», argumentaba esta mañana Miguel Gutiérrez, miembro de la ejecutiva nacional de Ciudadanos.
Ha sido el propio líder de los populares, Pablo Casado, quien ha respondido a la propuesta favorablemente, aunque ha matizado que «dependemos de lo que le parezca a Vox, como con todo lo demás». Casado admitía asimismo que esos dos años «nos permitirán proponer cosas que, bueno, desde un partido más de centro serían inaceptables». Se ha referido luego a la película «La purga», señalando que «un periodo de desahogo será bueno para el centroderecha».
“Asumimos el grado justo de franquismo para seguir contando con la confianza de la gente”, agregaba horas más tarde Albert Rivera, satisfecho al comprobar que sus socios «abrazan al fin la coherencia y el sentido común».
