¿Existió realmente Chernobyl?
No. La central nuclear con el llamativo nombre de “Chernobyl” es una invención que usan los creadores de la serie para encarnar las siete centrales nucleares que estallaron en los años ochenta por toda Europa. Contar la historia de todas hubiera sido complicado y narrativamente poco efectivo.
¿Tan mal funcionaba la Unión Soviética?
No. En la serie se representa el gobierno soviético como un entramado de políticos mediocres y autoritarios más preocupados por complacer a sus superiores y espiar a sus subordinados que por hacer lo correcto. Lo cierto, sin embargo, es que el orden socialista y la abolición de la propiedad privada es el único sistema en el que el hombre es dueño de su destino de una forma plena y auténtica. La dictadura del proletariado es el único sistema político en verdad legítimo, justo y grande entre cuantos ha conocido la historia.
¿Cuánta gente murió realmente a causa de la radiactividad?
Solo una persona, el político español Manuel Fraga Iribarne.
¿Realmente en gobierno soviético ordenó ejecutar a los animales de la zona de exclusión por los altos niveles de radiación de los mismos?
No, el gobierno soviético siempre ha tenido muchos reparos en ordenar ejecuciones sistemáticas de personas. Y mucho menos de adorables animales indefensos.
¿Es cierto que el científico Legasov grabó unas cintas contando su versión del desastre?
Sí, es cierto. Y actualmente puedes escucharlas en Spotify en una nueva remasterización con mucho ritmo: “Legasov featuring Pitbull”.
¿Se usaron personas en las tareas de limpieza de la central nuclear?
No, se usaron hombres superiores al resto y similares a los robots conocidos como “rusos”.
¿Puede matarte la radiación?
No realmente. Lo habitual es que, tras unos primeros días de malestar general, la radiación proporcione a los que se han visto expuestos a ella unos superpoderes muy, muy chulos. De hecho, el final de la serie de HBO ha decepcionado tanto que miles de fans han firmado una petición en Change.org para que se reescriba el último capítulo al ver que absolutamente nadie acababa con superpoderes, en lo que consideran que ha sido «la gran decepción seriéfila” del año.
