Después del éxito de Roma, Netflix y Alfonso Cuarón se han vuelto a unir para presentar Roomba, la emotiva historia sobre el robot aspirador con el que se crio el director mexicano. “El punto de partida de Roomba es el recuerdo de un Alfonso Cuarón niño, cuidado por 615, su robot aspirador”, declaran los productores de la obra.
La cinta, rodada en blanco y negro, está plagada de momentos trepidantes, como cuando el robot aspirador se queda atascado bajo un mueble, generando una enorme angustia entre los niños de la casa. Mención especial merece el trabajado clímax, cuando el electrodoméstico se queda sin batería antes de poder llegar al cargador, iniciando una interminable travesía por el pasillo en la que se refleja de manera brillante el viaje de la niñez a la madurez.
La película aspira a barrer en la próxima edición de los Premios Oscar por su logrado costumbrismo y su profundidad. Alfonso Cuarón ha reconocido que el film es un homenaje al robot aspirador con el que se crio porque sin él jamás habría llegado donde se encuentra ahora. “De pequeño era alérgico al polvo, así que sin la roomba habría muerto”, confiesa entre lágrimas en una entrevista en Variety.
Ahora, el genial director mexicano trabaja en la segunda parte de Gravity, en la que tratará el momento de su infancia en el que se cayó montando en bici. “Fue una hostia en tres dimensiones”, reconoce.
