El estreno del polémico documental «Leaving Neverland» ha precipitado en el Vaticano una decisión que se estaba sometiendo a debate desde hacía tiempo: la canonización del artista Michael Jackson. «Reúne todos los requisitos necesarios para que se le considere un santo y se autorice su culto en toda la iglesia católica», sentenciaba esta mañana el padre Almunia, portavoz español en la Santa Sede.
«No se trata solo del milagro de convertir lo negro en blanco, ni siquiera de las proezas que llevó a cabo encima del escenario, o su retorno del mundo de los muertos en aquel famoso videoclip. Su vida privada, a la luz de lo expuesto tras su fallecimiento, es comparable a la de cualquier miembro de esta comunidad», confirma la propia Iglesia en un comunicado difundido esta mañana.
Aunque se está aún a la espera del veredicto de la Congregación para las Causas de los Santos, el hecho de que los niños del coro de la Capilla Sixtina lleven días cantando éxitos de Michael Jackson indica que el proceso avanza favorablemente.
«No es un mérito pequeño pero, pese a ello, estaría orgulloso», ha dicho de él el propio papa Francisco.
