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Impresionante: Este jefe de Recursos Humanos tiene quince maneras distintas de preguntar a las candidatas si planean quedarse embarazadas

A VECES LO PREGUNTA SIN QUE PAREZCA QUE LO PREGUNTA

A veces hay profesionales que están tan cualificados que no parecen de este mundo.

Andrés Martínez es director de Recursos Humanos de la multinacional Jenkins & Co. y tiene la capacidad literaria de Shakespeare para preguntar de muchas maneras distintas, sin repetirse y con una sutileza prodigiosa, si la persona que opta a uno de los puestos de trabajo que él ofrece planea formar una familia próximamente y solicitar la baja maternal.

A veces sabe si la candidata se va a quedar embarazada o no antes de que ella misma lo sepa, tal es su capacidad para desentrañar los misterios de la psique humana y especialmente de la femenina, tan compleja.

Martínez no hace como otros jefes de Recursos Humanos, que usan la palabra “embarazo” o “maternidad” delatando cuál es su intención, sino que es capaz de inventarse conceptos profundos y poéticos como “metas propias de la edad” o “planes personales que nacen de lo más profundo de nosotros”.

¡Buf! Estamos hablando de alguien con la retórica de Winston Churchill y la delicadeza de Silvia Plath.

Y lo suelta así, en una entrevista de trabajo, con una sonrisa que enamora y una capacidad dialética propia de Sócrates.

Es un compositor y las notas musicales son los deseos ocultos de sus candidatos, que sólo él sabe escuchar.

No hay forma razonable de saber cómo funciona un cerebro tan privilegiado y creativo capaz de preguntar por algo tan íntimo y tan personal y llevarlo al terreno profesional de la forma más natural, como si fueran el mismo tema y estuvieran relacionados. “No sé cómo lo hago… es un don”, dice Martínez sin confiarnos el secreto de su talento y con una humildad encomiable.

¿Cómo puede ser que alguien que trabaja en un departamento de selección de personal en una oficina gris sea capaz de conocer tan bien los entresijos de las emociones femeninas? ¿Qué es lo que él sabe y nosotros no? ¿Cómo es capaz de aunar sistemáticamente vida profesional y vida personal como si fueran un todo?

No lo sabremos nunca. ¡Es un prodigio!

¿Quién hubiera pensado que la frase “a veces es bueno dejarnos llevar por nuestros instintos y emprender retos que nunca nos habríamos planteado en un principio y de pronto aparecen de la nada” podría estar hablando de maternidad y no de la ambición profesional de las candidatas?

Este Miguel Hernández del sector servicios, este Lorca del «micromanegement», es capaz de mirar a los ojos de una mujer y saber, tras intercambiar tres palabras, si en su horizonte cercano hay 16 semanas remuneradas al 100% por baja maternal.

“Aquí hay espacio para que nuestros empresarios crezcan, ¿cómo planeas crecer tú en los próximos años?”, puede llegar a preguntar.

A veces este poeta lo que hace es pensar como una mujer y ponerse en la piel del otro y decir… “El trabajo no lo es todo, yo también tengo proyectos que me pueden apartar un tiempo de mi carrera pero las prioridades internas son las realmente importantes”.

Y esa frase, que pronuncia casualmente y mirando por la ventana, en realidad quiere decir “Si yo fuera tú estaría pensando en quedarme embarazada mientras robo dinero de esta compañía a la que pretendo pertenecer con el único propósito de ganarme una paguita”.

O bien (y apúntala, porque es para memorizarla, es de Nobel de la Literatura, por lo menos), puede mirar a los ojos de una candidata de treinta y cinco años y decir: “Aquí tenemos algunas mamás, y todo bien con ellas, están muy contentas…”.

Y entonces se calla y espera que el silencio, una sonrisa nerviosa, un gesto… le revelen el futuro a corto plazo de esa mujer.

“Mi secreto es que sé que siempre es que sí y por eso sólo contrato a hombres, pero no hay que discriminar a nadie y por eso hay que hacer las entrevistas igualmente”, dice.

Increíble.

Si esto es de lo que es capaz ahora, no podemos siquiera imaginar de qué será capaz este Milton contemporáneo cuando sea ascendido el mes que viene y esté a cargo de 20.000 personas.