Asegurando que seguirán enviándole partes desagradables de cerdos y terneras hasta que deje de investigar sus negocios, las industrias cárnicas han dejado cien gramos de mortadela en la cama del periodista Jordi Évole, que dedicó esta semana un capítulo de ‘Salvados’ al sector porcino.
“Ha sido muy desagradable, he levantado las sábanas y ahí estaban las lonchas… los animales están tan desfigurados que apenas se pueden distinguir las partes pero la amenaza ha quedado clara”, ha explicado el periodista de La Sexta. Según dice, los restos estaban acompañados de una nota donde se le “aconseja” que no siga “husmeando” si no quiere seguir recibiendo embutido.
“Casi vomito al ver la mortadela, he tenido que cambiar las sábanas…”, ha dicho, totalmente asustado al ver los trozos de animales sin identificar.
Al cierre de la edición, Jordi Évole ha recibido en el correo un desagradable paquete con media docena de fetos de pollo de parte de la industria avícola.